viernes, 11 de enero de 2013

Estudio sobre los hábitos de liderazgo

Estudio sobre los hábitos  de liderazgo. Componentes fundamentales del talento humano

1) Autonconciencia = Seguridad

2) Control Emocional = Serenidad

3) Motivación = Superación

4) Empatía = Actitud de Servicio

5) Habilidades Sociales = Liderazgo, Influencia y
 
    Persuasión
Vivimos en la era digital. Nuestro ritmo de vida es agitado, bullicioso e incesante; nuestros días se reparten entre bits y bytes. Celebramos la amplitud y no la profundidad, la reacción rápida más que la reflexión. Nos quedamos sólo en la superficie, deteniéndonos durante breves momentos en docenas de destinos sin permanecer mucho tiempo en ninguno de ellos. Pasamos a toda velocidad por nuestra vida sin pararnos a pensar quiénes queremos ser o hacia dónde deseamos verdaderamente ir. Estamos en tensión, pero al mismo tiempo nos vamos consumiendo.

Muchos de nosotros tratamos de funcionar lo mejor que podemos. Cuando las demandas superan a nuestra capacidad, tomamos las decisiones oportunas que nos permitan ir viviendo día a día, pero por las que con el tiempo tenemos que pagar un precio. Conseguimos sobrevivir con muy pocas horas de sueño, devorando a la carrera comida rápida, recuperándonos fuerzas a base de café. Cuando afrontamos incesantes demandas laborales, nos volvemos irritables y nos distraemos con facilidad. Regresamos exhaustos a casa tras varias largas jornadas de trabajo y con frecuencia no vemos a nuestra familia como una fuente de alegría y renovación, sino como una exigencia más en un mundo ya de por sí sobrecargado.

Vamos de un lado a otro con el programa del día y con listas de tareas, con agendas electrónicas, con buscadores y recordatorios desplegables en nuestros ordenadores, todos ellos diseñados para ayudarnos a administrar mejor nuestro tiempo. Nos sentimos orgullosos de nuestra capacidad para realizar muchas tareas al mismo tiempo y mostramos nuestra disposición a invertir en ellas muchas horas como si lleváramos una banda honorífica. El término 24/7 describe un mundo en el que el trabajo nunca termina. Utilizamos palabras como obsesionado, vertiginoso y abrumado no para describir la demencia, sino para caracterizar a nuestra vida diaria. Con una sensación constante de que nos falta tiempo, asumimos que no tenemos otra opción que abarcar lo máximo posible cada día. Pero administrar el tiempo de manera eficaz no garantiza que vayamos a tener la suficiente energía para realizar lo que vayamos a hacer.

LA ENERGÍA, Y NO EL TIEMPO, ES LA MONEDA PRINCIPAL DE UN BUEN RENDIMIENTO
Este concepto ha revolucionado nuestra forma de ver cuáles son los factores que nos permiten mantener un alto rendimiento. También ha dado lugar a cambios radicales sobre cómo nuestros clientes viven su vida, tanto personal como profesionalmente. Todo lo que hacen -desde cooperar con sus colegas y tomar decisiones importantes a pasar tiempo con sus familias- requiere una gran cantidad de energía. Aunque parezca evidente, muchas veces no nos damos cuenta de la importancia que tiene la energía en el trabajo y en nuestra vida privada. Sin la cantidad, calidad, atención y energía adecuadas, acabaremos por ceder ante cualquier actividad que llevemos a cabo.

Cada uno de nuestros pensamientos, emociones y conductas tiene una consecuencia en nuestra energía, para bien o para mal. La última medida en nuestra vida no es cuánto tiempo pasamos en este planeta, sino cuánta energía invertimos durante el tiempo de vida que disponemos. La premisa más importante de un entrenamiento eficiente es muy sencilla:

EL RENDIMIENTO, LA SALUD Y LA FELICIDAD SE BASAN EN UNA ADMINISTRACIÓN ADECUADA DE LA ENERGÍA.

Es innegable que hay jefes nefastos, entornos laborales nocivos, relaciones difíciles y crisis vitales. No obstante, podemos ejercer más control sobre nuestra energía de lo que creemos. El número de horas que hay en un día es fijo, pero no la cantidad y la calidad de energía de la que podemos disponer. Cuanta más responsabilidad tengamos en la energía que aportamos al mundo, más productivos y eficaces seremos. Cuanto más culpemos a los demás o a las circunstancias externas, más posibilidades habrá de que nuestra energía sea negativa.

Si mañana pudiera despertarse disfrutando de una energía considerablemente más positiva enfocada hacia el trabajo y hacia su familia, ¿hasta qué punto iba a cambiar su vida para mejor? Si usted es un dirigente o un director, ¿sería beneficioso aportar más energía positiva y pasión a su lugar de trabajo? Si las personas a las que usted dirige pudieran gozar de más energía positiva, ¿cómo afectaría a sus relaciones entre sí y a la calidad del servicio que ofrecen a sus clientes?

Los dirigentes son los administradores de la energía organizativa en las compañías, en las empresas e incluso en las familias. Ellos inspiran o desmoralizan a los demás, en primer lugar dependiendo de cómo administren eficazmente su propia energía y, en segundo lugar, dependiendo de cómo sea su capacidad para movilizar, dirigir, invertir y renovar la energía colectiva de las personas a las que dirigen. La administración adecuada de la energía, tanto a escala individual como organizativa, hace posible algo que podemos llamar pleno compromiso





http://www.aionemotional.com/?gclid=CLT

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